Si vas a premiar a tus hijos con tu tiempo, recuerda que debe ser un tiempo de calidad que les beneficie plenamente.
Si van a jugar, este es el momento adecuado para mostrarle los juguetes y el entretenimiento que tanto te gustaba de niño.
No dejes que las prisas te roben la magia de tu infancia
Las prisas son nuestra peor consejera. Tienen la misión de robarnos los momentos más preciados y los detalles más asombrosos de la magia infantil. Ahora que lo pensamos, tal vez podamos arreglarlo.
Deberes, tareas de casa, ducha, fútbol a las seis, cumpleaños a las ocho, cena a las diez… Trotando todo el día… y galopando. ¿Qué queremos lograr con esto? ¿Nuestros hijos se divierten? ¿Nos damos cuenta de lo que nos estamos perdiendo y por qué los estamos perdiendo?
¿Cuánto es una hora de tu tiempo?
Ya ha caído la noche; sin embargo, el pequeño hizo un gran esfuerzo por mantenerse despierto. La causa valió la pena; estaba esperando a su padre. Cuando la puerta se abrió, los ojos malvados cayeron.
Hijo: “Papá, ¿puedo hacerte una pregunta?” Papá: “Claro, ¿qué es?” Hijo: “Papá, ¿cuánto dinero ganas en una hora?” dijo con los ojos muy abiertos.
¿Qué actividades podemos hacer con los niños que apoyen valores y tradiciones?
Además de cuentos, refranes y villancicos navideños, existen muchas otras actividades que podemos realizar con los niños que refuerzan la tradición y los valores que queremos transmitir.
Por un lado, podemos pedirles que nos ayuden a construir un belén, poner un árbol y decorar la casa es una buena forma de fomentar valores. Podemos explicarles sobre Jesús, el origen del árbol de Navidad, la historia de Papá Noel, o incluso hablarles de los diferentes personajes navideños que viajan por el mundo para conseguir los regalos de todos los niños. Creo que podemos hablar de tradiciones de otros países.
Construir recuerdos
Foto: Promotora
La vida se construye sobre los recuerdos. Nuestro primer viaje juntos, ese atardecer en la playa, el día que buceaste por primera vez, tu cara de sorpresa en las Montañas del Fuego, la intensidad de las estrellas aquella noche que acampamos en La Caldera de Taburiente…