Hay regalos que simplemente nos cambian mucho la vida. Recuerdo que cuando tenía 12 años mi mamá me regaló una Biblia; este regalo transformó mi vida y se convirtió en mi mayor placer. De hecho, esta Biblia me ha acompañado en muchas de las conversaciones que he tenido sobre el evangelio con otras personas. Otro regalo que recuerdo muy bien fue cuando tenía 17 años; Mis padres me regalaron mi primer coche. Este regalo cambió mucho mi vida. Esto me dio más libertad, ya que podía ir a donde quisiera, cuando quisiera. Este regalo me ha hecho la vida mucho más fácil. Y seguro que si les pregunto sobre algún regalo que les haya cambiado la vida o les haya beneficiado de alguna manera, creo que a la mayoría nos quedaría uno u otro. El caso es que hay regalos que sencillamente nos cambian mucho la vida.
Hoy vamos a hablar de un regalo que viene del cielo y que transforma todo en nuestra vida. Pero antes de hablar de este don, tenemos que detenernos y ver cómo éramos cuando no teníamos este gran don. Y la razón es que saber cuál era nuestra posición y condición anterior ante Dios nos ayudará a apreciar y ver cómo este don de la gracia ha cambiado todo acerca de nosotros. Así que vayamos a Efesios 2 para ver dónde estábamos antes de disfrutar este maravilloso regalo de Dios.
Hijos de Dios
¡Tenemos una gran oportunidad! El libro de Juan dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). “A todos los que creyeron en él y le recibieron, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). No todos somos hijos de Dios, todos somos creación de Dios, pero la Biblia dice que quien recibe, cree, a quien Dios nombra. Nos dice: “Tú eres mi hijo por haber recibido este regalo.
Imagínate recibir este regalo, ese que nos fue preparado hace mucho tiempo, que fue hecho para llenarnos de paz, que nos invita a ser parte del reino de Dios y, sobre todo, que es sin embargo, para. Es hora de recibir el regalo más grande: ser llamado hijo de Dios.